El tabaco, el alcohol y el virus del papiloma humano (VPH) están detrás del aumento de los tumores de cabeza y cuello, según advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), con motivo del Día Nacional del Cáncer de Cabeza y Cuello. El consumo de tabaco incrementa el riesgo de laringe y faringe hasta 20 veces y el abuso del alcohol puede cuadriplicar el riesgo de padecer cáncer de cabeza y cuello. Si se evitaran, se podría prevenir la aparición de más del 80% de estos tumores. Por ello, la SEORL-CCC ha puesto en marcha la campaña Ponle un cero al tabaco, la primera iniciativa destinada a impedir el inicio del tabaquismo en jóvenes, y en la que otorrinolaringólogos recorren institutos de toda España para transmitir a los adolescentes las consecuencias del tabaco.
El consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante en el cáncer de cabeza y cuello, en general, y en particular del de laringe y faringe. En la mayoría de casos el paciente ha estado fumando desde la adolescencia. Los otorrinolaringólogos quieren contribuir a prevenir el inicio del consumo de tabaco y alcohol para evitar un repunte de los tumores de laringe en dos o tres décadas.
Los tumores de cabeza y cuello, que abarcan el cáncer de la cavidad oral, faringe, laringe y las fosas nasales y senos paranasales, ocupan el sexto lugar en incidencia en España. Cada año, se detectan 10.000 casos nuevos, sobre todo en personas de entre 45 y 65 años.
Síntomas de alarma
Desde la SEORL-CCC se advierte de la importancia de prestar atención a los síntomas y signos de alarma que pueden hacer sospechar la presencia de un tumor de cabeza y cuello y acudir a un otorrinolaringólogo ante la mínima sospecha. La presencia de una disfonía (alteración de la voz), una herida en la boca que no se soluciona en 15 días, las molestias para tragar o la sensación de cuerpo extraño en la garganta persistentes, dolor faríngeo que se irradia al oído o la aparición de un bulto en el cuello deben hacer pensar en la posibilidad de uno, sobre todo en fumadores o consumidores habituales de alcohol.
Si estos tumores se detectan en las fases iniciales, la supervivencia de los pacientes es superior al 90% a los cinco años; mientras que la supervivencia media en todos los casos es de un 60% a los 5 años.
El tratamiento suele requerir la combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia. La Comisión de Cabeza y Cuello y Base de Cráneo de la SEORL-CCC aboga por un abordaje multidisciplinar, coordinado por el otorrinolaringólogo-cirujano de cabeza y cuello, y que cualquier decisión sea tomada en el seno de un Comité de Tumores de Cabeza y Cuello junto con oncólogos médicos y radioterapeutas, ya que en muchas ocasiones el tratamiento de los pacientes conlleva más de una modalidad terapéutica.
El objetivo tras el tratamiento es intentar devolver a los pacientes a una calidad de vida similar a la previa al mismo. La rehabilitación va encaminada a la recuperación de las funciones del habla, masticación y deglución. La SEORL-CCC recomienda que el tratamiento de los tumores de cabeza y cuello, sobre todo los casos complejos y avanzados, se realice en centros especializados, con experiencia y con un elevado número de pacientes, al tratarse de tumores no muy frecuentes y que pueden producir muchas secuelas.